ABSTRACTO
PURO - MUESTRA PATRIMONIAL|
ARTEMIO
ALISIO - CARMELO ARDEN QUIN - JULIO
BOTTA - PEPE CÁCERES - EVANGELINA CIPRIANI -FERNANDO ESPINO - GERALDHYNE
FERNÁNDEZ - ALEJANDRA GIANELLO – HERNÁN GUIRAUD - PONCHI INSAURRALDE - KAZUTAKA
ISHIKAWA - ANTONIO LLORENS - EDUARDO MAC
ENTYRE – NILDA MARSILI –-LIDIA PALADINO - CINTIA ROMERO - ANALIA SAGARDOY - NORMA
SIGUELBOIM - VILMA TURCONI - RAMIRO
VISCOVICH - MARIO ZLOTNICKI
Julio 2015
ABSTRACTO PURO
Lo abstracto en las artes visuales surgió proclamando la muerte
de la representación expresiva idealista y naturalista, mimetizada con la
realidad y se situó como opción de construir el hecho estético y las acciones
visuales proponiendo la percepción de la producción plástica desde la invención
como manera de concebirlo.
Y podríamos adentrarnos más en estos conceptos que descreen
también de lo simbólico, no hay alusiones, no se merodea sobre un tema, motivo o un planteo metafórico, lo abstracto
enarbola la bandera de la razón, sin dejar de lado la intuición y la
sensibilidad para sus expresiones.
El arte abstracto parte de una mirada recursiva sobre los
elementos propios del objeto estético, sus leyes, sus aportes formales, sus
elementos y sus materiales, generando lazos entre artista y espectadores, con
otros conceptos, con otras pautas de acción y con una franca y definitiva
presencia como movimiento artístico.
Se trata de crear de la nada, asumir la asociación de elementos
puros de la plástica (forma, plano, espacio, punto, línea, ritmo, color) para
así componer desde la construcción primaria de estos objetos de uso estético,
desde la invención autónoma y genuina de cada creador.
Estas obras consideradas abstractas, encierran claves puntuales
en referencia a la obra misma como objeto, como hecho en sí que se presenta con
su elementalidad objetual, que se proyecta con sus fundamentos básicos y
objetivos, sin intención de referirse a otra realidad más que la suya propia.
Así la presentación concreta se impone a la representación.
Son obras inspiradas en soluciones
estructurales, rigor constructivo, realizaciones lúdicas, variedades
posicionales en el plano y en el espacio compositivo, aluden al puro objeto
plástico. Instrumentos de acción con innumerables posibilidades de invención,
se nos muestran sin resabios realistas, sin alusiones conocidas. Los juegos
estratégicos de las imágenes abstractas, afloran, se ubican en el espacio, nos
revelan sus secretos y nos esconden otros que debemos develar, se depuran
consciente e inconscientemente, para ordenarse luego en una nueva dimensión, de
un universo corpóreo que se proyecta y reafirma frente a nosotros.
Hay un dominio absoluto de lo estético en estado puro, de la
circulación constante de sus elementos, de la utilización a ultranza de los
valores plásticos inherentes a la obra misma.
De alguna manera esto que el arte abstracto propone es una forma
de desandar los caminos de lo clásico, en donde se aplicaba la gracia, la
armonía y la belleza para construir un sistema representativo que celebraba la
mímesis con la naturaleza y el mundo exterior. Desandar el camino significó
replegarse sobre sí mismos, apuntalar sus propias leyes, construir sobre las
rigurosas relaciones de lo visual para erradicar cualquier vestigio de
figuración.
Trabajar despojados de todas las pautas tradicionales, ocupó a
los artistas en nuevos problemas técnicos y compositivos, así como obligó a
reconocer novedades teóricas para aplicar a sus creaciones, así notaron que lo
que producían tenía una fuerte ligazón con el conocimiento racional y
científico y los desafíos que esto implicó para ellos, fueron muchos.
Crear desde “adentro” hacia afuera era el resultado de observar
los propios sistemas de lo plástico, y el ordenamiento que se impone desde lo
interno, colaborando con la percepción profunda de cada elemento utilizado en
las creaciones. Obras que se vislumbran como “independientes”, como fortalezas
penetrando el espacio circundante con referencia propia. Se presentan así como
testimonios activos, manifiestos
autónomos en sí mismos capaces de liberar una energía espacio-temporal en el
proceso de su propia construcción.
Esta apertura a la reproductividad de obras sobre la base de los
esquemas estructurales de lo plástico, daría un carácter integral a estas
manifestaciones artísticas y la inserción en los discutidos conceptos que se
avecinaron, dieron lugar a la inserción de otros dominios que trascendían al
arte solamente y se introduciría de este modo la ciencia y la filosofía en una
ecuación que cobró gran importancia y logró transversalizar los dominios y de
este modo la definición de los nuevos planteos estéticos de este arte, no
objetivo, estableciendo así una continuidad histórica de este movimiento que
generó adhesiones y producciones visuales desde sus orígenes a mediados del
siglo XX hasta la actualidad.
La calidad técnica de los trabajos tuvo su apogeo en este
movimiento, tanto es así que se produce una disolución de la huella del autor
en pos de un precisionismo a ultranza. Esto se puede ver en obras de la
Abstracción Geométrica, esta perfección del tratamiento de las superficies
también es parte del movimiento Abstracto Madí.
A la vez del detallismo técnico depurado, en el Arte Abstracto
Óptico se produce una alteración de las formas, distorsión en la percepción de
las imágenes y una dinámica visual dada
por las superposiciones y contrastes de color.
Por contrapartida tenemos el Expresionismo Abstracto, que basa
sus producciones en la gestualidad absoluta, en la soltura del trazo dejado en
las superficies.
Todas estas maneras mencionadas de generar lo abstracto están
representadas en las obras que se ponen a consideración del público en esta
muestra en las salas del MAC.
Todas ellas son parte del patrimonio propio de este museo, son
un relato valioso de las últimas décadas de nuestra escena visual. Son obras en
las que nuestros artistas provocaron un pleno dinamismo matérico-estructural y
se despidieron de las concepciones anecdóticas.
Stella Arber
Directora MAC-UNL
MONTAJE
SALAS MAC