Una
danza de formas esenciales desde su vibrante espesura, se mezcla y entrelaza en
un fondo repleto de configuraciones. Aparecen macizos intensos en sus
enmarañados que por momentos crecen imbricados y por otros se retraen hasta
desaparecer.
Ya
sea que se trate de la naturaleza expuesta
en imágenes o en la sintaxis ensamblada de formas en síntesis, o en
composiciones encadenadas en una tupida red de zonas abstractas, todas las
obras que se exponen en las salas del MAC murmuran una interminable polisemia
de sentidos, y una vertiginosa intensidad en cada una de ellas, produciendo una
corriente energética, emanando un cúmulo de energía vital casi magmático.
Una activación
estructural y una estricta huella personal de formas expresivas iniciadas en la
percepción, dejan entrever una poética de prolongación entre la naturaleza
propiamente dicha y las imágenes con registro propio de la artista.
Continuidad
fundamental en la obra de Beatriz Martín de la que no puede prescindir a lo
largo de toda su obra y que se ve claramente aquí en esta muestra. Estas
imágenes adquieren de este modo una nueva dimensión insólita, una potencia
des-comunal que sólo en presencia de esta totalidad, descubrimos que la ha
tenido siempre.
Reconocer
la importancia de este producir artístico de Beatriz Martín implica marcar la
diferencia, distinguirla de lo habitual y darle vigencia significativa. Tanto
los valores subjetivos de expresión como los revelatorios a través del corpus
completo de obras, nos acercan a novedosas connotaciones para con su impronta.
Lo
de Beatriz Martín no es una estética simplista, no sólo nos domina visualmente
cuando nos internamos en ella, sino que nos demuestra que por sobre la
dimensión emocional hay una significación intelectual, también nos muestra que
no necesariamente una obstaculiza a la otra, sino que por el contrario, los
valores estéticos de estas obras son irreductibles a los simples medios de la
representación.
Es
bueno encontrar muchos conceptos actuales de las artes visuales, en una obra
que se materializó hace tanto tiempo y que fue concebida en la soledad de su
taller.
Formuladas
desde lo sígnico, acarrea selectos vínculos entre materia, medio, soporte y
significación que no aparecen como meros vehículos del signo, sino como signos
en sí mismos y que por tanto su significación depende ante todo de la
integridad estructural de sus formas.
No
se trata de desentrañar un contenido informativo, ni estar a la caza de intenciones,
ni de imponer un mensaje en estas obras,
se trata precisamente de ver que el lenguaje simbólico de arte visual,
se diferencia de lo alegórico y que justamente en que manifiesta lo que de otro
modo no podría decirse.
De
esta manera aparece como insustituible la información que nos ofrece desde lo
visual, y es que no se trata de decir algo de “modo artístico” como se creía
antes, eso sólo sería añadir ornamentos retóricos al discurso visual. Esto es
desentrañar las claves de la obra, sin su significado aparente, estas claves no
deben buscarse detrás del lenguaje visual, estas claves se encuentran en el
lenguaje visual, en tanto unidad indisoluble desde la lógica del signo y su estructura.
Percepción
cognitiva, desarrollo conceptual de cada obra, concentración en el diálogo
entre idea y forma, y una laboriosa formalización del proceso, dan como
resultado una exquisita determinación una peculiar atención sobre sí mismas,
estas obras se designan, se imponen y reclaman una atención extra-ordinaria
sobre sí mismas.
Una
apacible certeza de que las cosas son trascendentes cuando responden al signo
visual genuino, sin sobreabundar, Beatriz Martín estableció un adentro muy
poderosos desde un afuera simple y contundente.
Esta
muestra es un homenaje a esta artista que renovó los parámetros, develó
novedades, y concibió un montaje de fragmentos en unidad.
Nos
hemos atrevido a deconstruir su obra, a montarla posproduciendo desde sus
propias imágenes, generando una nueva escena para Beatriz Martín en todo el
ámbito del museo; una animación genera un territorio activo que oficia de
puente con la actualidad.
Nada
más nos resta una cosa que no podemos resolver…ella nunca se enterará la
importancia que ha adquirido su producción y no podrá ver en lo que la hemos
transformado.
MONTAJE
SALAS
Sala 1
Sala 2
Sala 3