BROTA | INÉS BARLASINA -
CORINA BOLZICO
Octubre de 2014
Brota
Hablar de brote, es hacer inmediata referencia al nacimiento, a
la iniciación de la parte verde de una planta, que surge de manera repentina,
con fuerza progresiva va en crecimiento, como es un proceso natural de la vida
vegetal.
Si bien hace su aparición
en forma abrupta, todos sabemos que debajo de la tierra ha habido una cantidad
de procesos simples que determinan que ese brote haga eclosión y tome forma.
Este surgimiento marca el momento fundamental de la vida ya que
es allí cuando se puede ver, cobra existencia concreta y comienza su
desarrollo.
La Naturaleza tiene una obstinación en la repetición continua
dentro de sus leyes básicas. Así las numerosas estructuras orgánicas funcionan
como regularidades de un orden primario en reiteración.
Cada una en su existencia mínima, es parte fundamental para la
evolución del orden total. Este programa de exactitudes y de lógicas no hace
concesiones y paso a paso va haciendo lugar a la supervivencia evolutiva de las
unidades mayores y a la formación, en definitiva de la actividad vital.
Si bien esto descripto pertenece al reino de la naturaleza, las
obras que se exponen en el MAC de las artistas Inés Barlasina y Corina Bolzico,
guardan el mismo principio, se nutren de la misma fuerza gestadora, se definen
con el mismo rigor y orden lógico mencionado.
Cada elemento en acción va cobrando fuerza en su autonomía
visual, ocupando su lugar, reproduciéndose como un foco selectivo puntual y
formando estructuras evolutivas.
Las artistas plantean en sus objetos e imágenes, órdenes que van
surgiendo de un punto de partida y evolucionan a modo de formaciones propias de
la natural energía de los entes vitales. Puntos en progresión geométrica y en
disposición continua, formando círculos sutiles por un lado y acumulaciones de
geometría axial por el otro, conforman cosmovisiones que abarcan el plano.
La racionalidad de unidades primarias con su delicado patrón de
simpleza se reproduce en secuencias en un sistema de crecimiento, de intervalos
sucesivos que proponen una constante, aún en las alternativas imágenes
presentadas.
Ellas crean como la naturaleza, se aproximan al equilibrio entre
la tensión superficial y las formas, empujando ligeramente para que alguna de
ellas, que fue una primigenia esfera, tenga ahora forma de gota evidenciando la
gravedad que actuó en su conformación.
La transparencia hace su parte en la instalación, el cristal
describe interiores, asume destellos y nos proporciona una mirada del traspaso
hacia el otro lado dejándonos otras informaciones en su franca presencia.
Las artistas atienden además a la dinámica biogenética,
mostrando crecimientos que aparecen sin obstáculos, donde se ponen en marcha
mecanismos intrínsecos a cada unidad, de efectos claros, esos factores internos
de cada elemento, son los ejes de sus pronunciamientos posteriores y de sus descubrimientos visuales y de cada
agrupamiento instalado en el espacio escénico.
Al inicio del ciclo se produce la aparición del brote, luego se
gesta la fase de desarrollo y aparece después la abundancia, la floración
completa, es allí donde gravitan las migraciones visuales, donde se adecuan los
medios y soportes y donde la selección natural determina la existencia de estas
obras. También es en este momento donde se activan los alertas, para no
proporcionar cargas inútiles, sólo lo imprescindible, que se reconcilie lo que
vemos con lo que ellas sostienen. Un universo propio trasladado en imágenes,
dos creadoras que fusionaron esfuerzos y conceptos, con una gran conexión de
conciencia visual, para darnos hoy un microcosmos de pertenencia universal.
Lic. Stella Arber
Directora MAC-UNL
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