Construcción Visual Activa
Noviembre 2006
Las obras recibidas en este concurso, son múltiples propuestas en cada categoría, “GRÁFICA”, “VIDEO INSTALACIÓN” y “NET-ART”, cada una con un variadísimo espectro de producción y recursos.
Atendiendo especialmente a “VIDEO INSTALACIÓN” y “NET-ART”, intentaremos un análisis desde la manera de acceder a ellas, y una descripción de las mismas, ya que todas se ven transversalizadas por la inmediatez de su llegada visual-sonora y por la acción-intervención de los que acceden a ella.
Se produce una clara eliminación de la superficie pictórica, reemplazada por la dinámica del movimiento y, por sobre todo, de la “idea” como conductora de las imágenes, apareciendo como un arte que deja de estar ligado al hacer manual, para concentrarse en “el idear”, “el pensar” la obra, independientemente del medio utilizado para transmitirla. Esta especie de abandono del plano de base o superficie de sustentación, pone énfasis en las relaciones que se producen con la obra, interactuando así el tiempo, el espacio y el espectador-actor, generando un circuito conceptual que sólo puede concretarse y completarse en la experiencia perceptiva directa, en la actividad de construcción intelectual entre el productor y el receptor, atreviéndose a comulgar entre sí con estos nuevos códigos. Esta redefinición dada por las producciones digitalizadas, deja paso a este nuevo observador al que no se le impone una imagen a contemplar, sino que las variantes que se le presentan, activan múltiples escenarios en donde podrá transformarse en parte integrante de la vital propuesta. Es así como el espectador, con “su” recorrido, es quien orienta la lectura de la obra y quien en definitiva reconstruye el plan original del autor, redefiniendo su recorrido e introduciendo una observación renovada y reflexiva de su entorno visual.
La incorporación de herramientas y recursos diferentes, también obligan a una mirada diferente y en el desconocimiento, está la sorpresa y el desafío de abordar un medio inusual y desconcertante, ya que si bien se acercan expertos a navegar por estos nuevos escenarios, la tecnología del video y del net-art han aparecido sólo hace unos años en las salas de exposiciones y no todos están consustanciados con ellas.
La incorporación del video arte como medio, supone un muy marcado regreso a la imagen figurativa que estaba ausente y relegada hasta hace un tiempo, en galerías y salones.
Por otra parte, involucra la utilización de la imagen enmarcada por los límites del monitor, un re-centramiento de la experiencia perceptiva y un direccionamiento explícito de la mirada del espectador a ese marco (no así a su recorrido interno) más el sonido que acompaña las imágenes y que es altamente referencial al momento del registro de las mismas, a modo de prolongación sonora-visual del mensaje que se esta ofreciendo.
Apariciones simultáneas, aditamentos sonoros, sustracciones cromáticas, acciones ilimitadas, múltiples lecturas, códigos nuevos, son todos los elementos que conjugados hacen a la operación artística de última generación y confrontan en sus representaciones a las imágenes de encuadres tradicionales.
Debemos abocarnos a todos los registros que la actualidad en su totalizadora experiencia, nos propone. Estamos frente a formulaciones en crecimiento, en avance vertiginoso en el campo visual, la inclusión de esta nueva zona creativa se torna una mirada imprescindible para el arte contemporáneo, obedeciendo a la imperiosa necesidad de registrar y apropiarse de los lenguajes electrónicos, propios de la cultura mediatizada. Debemos verlas, podemos recorrerlas, invitamos a actuarlas y producimos el hecho para poder comprenderlas.
Noviembre 2006
Las obras recibidas en este concurso, son múltiples propuestas en cada categoría, “GRÁFICA”, “VIDEO INSTALACIÓN” y “NET-ART”, cada una con un variadísimo espectro de producción y recursos.
Atendiendo especialmente a “VIDEO INSTALACIÓN” y “NET-ART”, intentaremos un análisis desde la manera de acceder a ellas, y una descripción de las mismas, ya que todas se ven transversalizadas por la inmediatez de su llegada visual-sonora y por la acción-intervención de los que acceden a ella.
Se produce una clara eliminación de la superficie pictórica, reemplazada por la dinámica del movimiento y, por sobre todo, de la “idea” como conductora de las imágenes, apareciendo como un arte que deja de estar ligado al hacer manual, para concentrarse en “el idear”, “el pensar” la obra, independientemente del medio utilizado para transmitirla. Esta especie de abandono del plano de base o superficie de sustentación, pone énfasis en las relaciones que se producen con la obra, interactuando así el tiempo, el espacio y el espectador-actor, generando un circuito conceptual que sólo puede concretarse y completarse en la experiencia perceptiva directa, en la actividad de construcción intelectual entre el productor y el receptor, atreviéndose a comulgar entre sí con estos nuevos códigos. Esta redefinición dada por las producciones digitalizadas, deja paso a este nuevo observador al que no se le impone una imagen a contemplar, sino que las variantes que se le presentan, activan múltiples escenarios en donde podrá transformarse en parte integrante de la vital propuesta. Es así como el espectador, con “su” recorrido, es quien orienta la lectura de la obra y quien en definitiva reconstruye el plan original del autor, redefiniendo su recorrido e introduciendo una observación renovada y reflexiva de su entorno visual.
La incorporación de herramientas y recursos diferentes, también obligan a una mirada diferente y en el desconocimiento, está la sorpresa y el desafío de abordar un medio inusual y desconcertante, ya que si bien se acercan expertos a navegar por estos nuevos escenarios, la tecnología del video y del net-art han aparecido sólo hace unos años en las salas de exposiciones y no todos están consustanciados con ellas.
La incorporación del video arte como medio, supone un muy marcado regreso a la imagen figurativa que estaba ausente y relegada hasta hace un tiempo, en galerías y salones.
Por otra parte, involucra la utilización de la imagen enmarcada por los límites del monitor, un re-centramiento de la experiencia perceptiva y un direccionamiento explícito de la mirada del espectador a ese marco (no así a su recorrido interno) más el sonido que acompaña las imágenes y que es altamente referencial al momento del registro de las mismas, a modo de prolongación sonora-visual del mensaje que se esta ofreciendo.
Apariciones simultáneas, aditamentos sonoros, sustracciones cromáticas, acciones ilimitadas, múltiples lecturas, códigos nuevos, son todos los elementos que conjugados hacen a la operación artística de última generación y confrontan en sus representaciones a las imágenes de encuadres tradicionales.
Debemos abocarnos a todos los registros que la actualidad en su totalizadora experiencia, nos propone. Estamos frente a formulaciones en crecimiento, en avance vertiginoso en el campo visual, la inclusión de esta nueva zona creativa se torna una mirada imprescindible para el arte contemporáneo, obedeciendo a la imperiosa necesidad de registrar y apropiarse de los lenguajes electrónicos, propios de la cultura mediatizada. Debemos verlas, podemos recorrerlas, invitamos a actuarlas y producimos el hecho para poder comprenderlas.
Montaje
Salas del MAC
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