HISTORIA DE UNA LUZ
Marzo 2006
El MAC de la UNL expone en sus salas, a modo de homenaje, obras de Juan Lazzarini, distintos momentos de su prolífica obra, sin dejar de aclarar que es un acotado recorte de la misma.
Haciendo un rastreo de la creación artística de “Pety”, podemos decir que fue consecuente en algunas obsesiones plásticas, casi siempre presentes a lo largo de toda su trayectoria. Fue desplazándose en el tiempo, ahondando las problemáticas formales y expresivas que ya estaban presentes en el inicio de su obra.
Por sus manos pasaron todos los materiales, pero donde se consuma la alquimia de la fuerza de su gran percepción, es cuando hace uso de materiales precarios, efímeros, y construye, con la precariedad propia del desperdicio, probando su solvencia artesanal una y otra vez.
Mundos imaginarios, imágenes de fantasía, marionetas de una ternura indescriptible, mezclados con seres cruelmente deteriorados, en su propósito de impactar al que los mira. Todo es el mundo de Lazzarini, a veces ingenuo, otras desbordado de ironías.
Las obras que se presentan en el MAC son en su mayoría Patrimonio de este museo, lugar que Juan Lazzarini tomó como suyo en sus últimos años de vida, y al que fue donando, en diferentes momentos, lo que vamos a mostrar. También componen la exposición obras de colecciones privadas, así que estamos proponiendo un recorrido cargado de resonancias que definen al artista.
Esta producción abarca dibujos, pinturas, cerámicas, esculturas, relieves, tapices, miniaturas, etc, donde el principal interés plástico está en la figura humana, tratada con una oscilación que deambula entre un contenido expresionista, que asalta la anatomía humana y el ahondamiento psicológico de una cruda subjetividad. Estas figuras, en sus rostros, difícilmente nos evocan lo humano reconocible, no se presentan como un “otro” que traduce nuestra misma esencia, se comportan más bien como heréticas máscaras que hacen de su identidad una incógnita.
Contundentes personajes que oscilan entre abiertos espacios, evocadores de la naturaleza a veces, o apelando a los espacios simbólicos y por momentos opresivos, produciendo tensiones múltiples en el plano, gestando una fuerza subterránea que sólo un gran artista como él pudo producir.
Esperamos desde aquí estar haciendo justicia con la obra de Peti, es decir que esperamos “mostrarlo” como él era, para ello es que vamos a tener a disposición del público gran variedad de obras y videos con puntuales momentos de la vida del artista.
Marzo 2006
El MAC de la UNL expone en sus salas, a modo de homenaje, obras de Juan Lazzarini, distintos momentos de su prolífica obra, sin dejar de aclarar que es un acotado recorte de la misma.
Haciendo un rastreo de la creación artística de “Pety”, podemos decir que fue consecuente en algunas obsesiones plásticas, casi siempre presentes a lo largo de toda su trayectoria. Fue desplazándose en el tiempo, ahondando las problemáticas formales y expresivas que ya estaban presentes en el inicio de su obra.
Por sus manos pasaron todos los materiales, pero donde se consuma la alquimia de la fuerza de su gran percepción, es cuando hace uso de materiales precarios, efímeros, y construye, con la precariedad propia del desperdicio, probando su solvencia artesanal una y otra vez.
Mundos imaginarios, imágenes de fantasía, marionetas de una ternura indescriptible, mezclados con seres cruelmente deteriorados, en su propósito de impactar al que los mira. Todo es el mundo de Lazzarini, a veces ingenuo, otras desbordado de ironías.
Las obras que se presentan en el MAC son en su mayoría Patrimonio de este museo, lugar que Juan Lazzarini tomó como suyo en sus últimos años de vida, y al que fue donando, en diferentes momentos, lo que vamos a mostrar. También componen la exposición obras de colecciones privadas, así que estamos proponiendo un recorrido cargado de resonancias que definen al artista.
Esta producción abarca dibujos, pinturas, cerámicas, esculturas, relieves, tapices, miniaturas, etc, donde el principal interés plástico está en la figura humana, tratada con una oscilación que deambula entre un contenido expresionista, que asalta la anatomía humana y el ahondamiento psicológico de una cruda subjetividad. Estas figuras, en sus rostros, difícilmente nos evocan lo humano reconocible, no se presentan como un “otro” que traduce nuestra misma esencia, se comportan más bien como heréticas máscaras que hacen de su identidad una incógnita.
Contundentes personajes que oscilan entre abiertos espacios, evocadores de la naturaleza a veces, o apelando a los espacios simbólicos y por momentos opresivos, produciendo tensiones múltiples en el plano, gestando una fuerza subterránea que sólo un gran artista como él pudo producir.
Esperamos desde aquí estar haciendo justicia con la obra de Peti, es decir que esperamos “mostrarlo” como él era, para ello es que vamos a tener a disposición del público gran variedad de obras y videos con puntuales momentos de la vida del artista.
Salas del MAC
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