PRESENCIA
Junio 2006
Espacios-tiempos insólitos
Las pinturas de Pedro Roth que se presentan en el MAC son una parte de la vasta obra de este artista, de una inusual vitalidad de colores, producida por el material específico con que están resueltas, se trata de tintas acrílicas que provocan inmediatamente la atención.
Pedro Roth va y viene por el plano de sus telas, construyendo las imágenes una a una, dispersas en ritmos visuales arbitrarios, insertándolas en una densa trama de relaciones, hasta conseguir la unidad. Este artista antepone a la lógica del intelecto, su naturaleza lúdica y apasionada de sentir las cosas y así las representa. A veces podemos interpretar que estamos frente a personajes de fábulas, donde seres humanos, animales, plantas y objetos inanimados son transformados mágicamente para integrar un mismo universo.
De geografías arbitrarias, de espacios-tiempos insólitos, en una especie de expresionismo surreal, sus imágenes surgen y se instalan en el plano, anunciándose como claros y persuasivos elementos de naturaleza simbólica. Así nos muestra diversas caras de ese universo del que hablábamos antes, convirtiéndose, por momentos, en el más despiadado acusador de una sociedad en plena decadencia moral, y por otros, en el fresco contador de cotidianos momentos que suceden a los hombres; esto hace de su pintura una forma de ver episodios cautivadores y una manera única de registrarlos.
Insólitas combinaciones de inagotable riqueza y fantasía, combinaciones en apariencia ingenuas y simples, pero en realidad se trata de la recuperación que el olvido sepultó, de una memoria profunda, y que, reconocidas nuevamente en los signos visuales, se manifiestan con toda su efectividad. Pedro Roth produce el acto que pone la verdad en su situación, la torna inteligible a través del signo icónico del que se sirve y así, convierte al otro desdoblado, en la propia imagen, la imagen del sujeto que es él y en esa doble alma, él y su obra se reúnen en la experiencia de lograr ser su propia representación.
Pedro Roth nos devuelve, en sus múltiples voces, las huellas de sus íntimas resonancias y, en la plenitud de sus imágenes, logra que renovemos, cada vez que estamos frente a su obra, el milagro de la emoción.
Junio 2006
Espacios-tiempos insólitos
Las pinturas de Pedro Roth que se presentan en el MAC son una parte de la vasta obra de este artista, de una inusual vitalidad de colores, producida por el material específico con que están resueltas, se trata de tintas acrílicas que provocan inmediatamente la atención.
Pedro Roth va y viene por el plano de sus telas, construyendo las imágenes una a una, dispersas en ritmos visuales arbitrarios, insertándolas en una densa trama de relaciones, hasta conseguir la unidad. Este artista antepone a la lógica del intelecto, su naturaleza lúdica y apasionada de sentir las cosas y así las representa. A veces podemos interpretar que estamos frente a personajes de fábulas, donde seres humanos, animales, plantas y objetos inanimados son transformados mágicamente para integrar un mismo universo.
De geografías arbitrarias, de espacios-tiempos insólitos, en una especie de expresionismo surreal, sus imágenes surgen y se instalan en el plano, anunciándose como claros y persuasivos elementos de naturaleza simbólica. Así nos muestra diversas caras de ese universo del que hablábamos antes, convirtiéndose, por momentos, en el más despiadado acusador de una sociedad en plena decadencia moral, y por otros, en el fresco contador de cotidianos momentos que suceden a los hombres; esto hace de su pintura una forma de ver episodios cautivadores y una manera única de registrarlos.
Insólitas combinaciones de inagotable riqueza y fantasía, combinaciones en apariencia ingenuas y simples, pero en realidad se trata de la recuperación que el olvido sepultó, de una memoria profunda, y que, reconocidas nuevamente en los signos visuales, se manifiestan con toda su efectividad. Pedro Roth produce el acto que pone la verdad en su situación, la torna inteligible a través del signo icónico del que se sirve y así, convierte al otro desdoblado, en la propia imagen, la imagen del sujeto que es él y en esa doble alma, él y su obra se reúnen en la experiencia de lograr ser su propia representación.
Pedro Roth nos devuelve, en sus múltiples voces, las huellas de sus íntimas resonancias y, en la plenitud de sus imágenes, logra que renovemos, cada vez que estamos frente a su obra, el milagro de la emoción.
Visita curatorial
Montaje
Salas del MAC
Inauguración
No hay comentarios:
Publicar un comentario